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Sospechosos habituales de Brian Singer, se hizo famosa en el cine contemporáneo por una razón: el giro dramático e inesperado que llevaba a descubrir la identidad real del malvado protagonista. Hasta esos minutos finales, el guion de Christopher McQuarrie, se había esforzado por describir al malvado, violento y misterioso Keyser Söze con una fuerza de la naturaleza. Todos los que le habían visto alguna vez, terminaban por morir de manera sangrienta. Por lo que el delincuente se volvió una especie de leyenda urbana para el submundo del crimen. 

De modo que el detective Dave Kujan (Chazz Palminteri) no prestó demasiada atención a las exageraciones de Roger “Verbal” Kint (Kevin Spacey) sobre el enigmático personaje. El detenido, le habló de un criminal imparable, capaz de asesinar a sangre fría a la menor provocación. O al menos, no lo hizo hasta que lo liberó y, gradualmente, hizo una serie de conexiones que le llevaron a la gran revelación final. Verbal no era otro que el propio Söze, usando una personalidad falsa para, luego, desaparecer de nuevo. Pero aunque parezca las conveniencias de un hábil guion, lo cierto es Söze está basado en un personaje real. 

En el año 1971, John List asesinó a su madre, esposa y tres hijos en su casa de Westfield, Nueva Jersey y después, salió por la puerta sin que nadie pudiera encontrarle otra vez. La situación se volvió una cacería a gran escala durante el año del crimen y el siguiente, sin que la policía hallara el más mínimo indicio de su paradero. Todo se volvió peor cuando el FBI descubrió que el asesino dedicó tiempo a planear no solo los asesinatos, sino su posterior huida. Algo que le convirtió en una especie de leyenda urbana en Nueva York y zonas adyacentes de esas que le encantan al cine. 

Dieciocho años después y luego de que el caso se convirtiera en un capítulo de America’s Most Wanted, List finalmente fue atrapado. Durante todo ese tiempo, vivió bajo una identidad en Denver, Colorado. Su captura se volvió noticia de primera plana y después, un hito de la cultura pop. Un giro de acontecimientos que inspiró a Christopher McQuarrie al momento de escribir el famoso giro central de la cinta. Pero no es el único caso, en que un hecho de la vida real, inspira la figura de un villano. Para explorar en el tema, te dejamos cinco personajes siniestros del cine basados en historias reales. Un recorrido por el lado más oscuro de la cultura pop. 

El siniestro vampiro de Transilvania, tiene una larga historia en el cine y en la literatura. En ambas versiones, al aristócrata rumano, convertido en un monstruo inmortal, se le describe como un noble de Europa del Este, maldecido por la inmortalidad. También, como el último descendiente de una larga línea de gobernantes violentos y feroces que terminó por convertirse en un vampiro. Todo, a partir de la clásica novela gótica de Bram Stoker, publicada en 1897. 

Pero lo cierto es que Drácula es mucho más que una de las primeras reinvenciones modernas del vampiro en el cine. También, es la síntesis de un cúmulo de referencias acerca de poderosos nobles valacos. La más obvia, el parecido más que sospechoso de la obra con el cuento El extraño misterioso de Karl von Wachsmann, publicado en 1844. En el relato, un noble austríaco y su familia, viajan a unas lejanas tierras de su propiedad, que colindan con las ruinas del castillo Klatka. Este último, rodeado de rumores acerca de un hombre de Valaquia, capaz de grandes prodigios y que termina por ser un monstruo. 

El texto está basado en leyendas locales sobre Vlad III, el Empalador, príncipe de Valaquia del siglo XV. Conocido por su crueldad y fiera oposición a la invasión otomana de Rumania, el gobernante pasó a la historia por, además, empalar a sus enemigos. Todos estos detalles fueron incluidos por Stoker en su novela, además de mitos autóctonos del país, que le narró el historiador Ármin Vámbéry. Por último, el escritor también incluyó los supuestos ritos profanos de Erzsébet Báthory, descendiente de Vlad y acusada de matar a más de 600 niñas y mujeres, para bañarse en su sangre. 

En 1960, Alfred Hitchcock dirigió Psicosis, una de las películas más célebres de su extensa filmografía y destinada a cambiar en el género de terror (y del cine). Adaptación del libro homónimo de Robert Bloch, la trama relataba como Marion Crane (Janet Leigh) huía de Phoenix (Arizona), luego de robar la empresa en la que trabajaba. En medio del apuro, se detenía en un hotel de carretera regentado por el solitario Norman Bates (Anthony Perkins), un asesino en serie que terminaba por asesinarla. Eso, dejando a su paso una de las escenas más emblemáticas del cine.

Tanto el libro como la película, están basadas en la vida del homicida real Ed Gein. En 1957, la policía de Plainfield (Wisconsin) arrestó a Gein al encontrar en su casa, cuerpos momificados y muebles construidos con huesos humanos. Hasta ese momento, el criminal, había desenterrado al menos seis cuerpos de diferentes cementerios cercanos, para después llevarlos a su pequeña choza solitaria.

Una vez capturado, también confesó que era el responsable del secuestro y asesinato de dos mujeres de la localidad. Luego de una evaluación psiquiátrica, se le consideró incompetente para asistir a juicio. A pesar de eso, en 1968, finalmente fue juzgado y encontrado culpable. Cumplió cadena perpetua y falleció en 1984 en el Instituto de Salud Mental de Mendota, debido a un cáncer de pulmón. 

Aunque el célebre asesino de la saga Halloween no está basado realmente en un criminal, John Carpenter sí se inspiró en alguien en concreto para escribir el guion. En una entrevista de 2022, el director contó que mientras asistía como alumno a la Universidad Western Kentucky, fue de visita a un hospital psiquiátrico de la localidad. Hasta entonces, el joven director, había intentado dar con la personalidad del asesino serial que imaginaba, sin éxito. 

Y fue en la institución en donde logró. Según explicó, uno de los pacientes era un chico no mayor de 13 años, incapaz de hablar o comunicarse de cualquier manera. A pesar de eso, tenía una mirada malvada que Carpenter describiría como lo más espeluznante que había visto jamás. Y aunque no pudo acceder al historial del paciente o conocer el motivo por el cual se encontraba en el lugar, sí le inspiró para escribir a Michael Myers. 

De hecho, parte de la impresión que el paciente dejó en el director, es parte del legendario Monólogo en el que el doctor Sam Loomis (Donald Pleasence), describe a Michael Myers. En especial, la forma en que el psiquiatra sabía la maldad que vivía al fondo de los ojos del criminal.

Centro de una clásica franquicia de los años noventa y de un reciente remake, Candyman, tiene un lugar destacado en el cine de terror. El personaje central del cuento The Forbidden de Clive Baker, también tiene mucho de leyenda urbana. De hecho, el relato se basa en una historia espeluznante, que el autor escuchó de niño y que le provocó pesadillas por décadas. 

No obstante, para su versión cinematográfica, el director y guionista Bernard Rose se inspiró en el aterrador asesinato de Ruthie Mae McCoy. El 22 de abril de 1987, una mujer aterrorizada llamó a la policía de Chicago, insistiendo en que un hombre se asomaba por el espejo del baño y la amenazaba con asesinarla. La policía ignoró la denuncia y solo días después, y a pedido del conserje del edificio en que vivía la víctima, entró en la propiedad. Se encontró el cadáver de McCoy en el suelo del baño, con dos disparos en la cabeza. 

Una investigación posterior relevaría que, tal y como la mujer había asegurado, el asesino entró al romper el espejo del baño. La pared conducía directamente a una serie de conductos de aire, que se interconectaban entre sí. La extraña noticia se volvió inmediatamente primera plana sensacionalista y después, inspiración para la película de terror de 1992. 

Aunque para nadie es un secreto que George Lucas imaginó buena parte de la mitología de Star Wars basado en varios sucesos históricos, lo cierto es que Palpatine tiene un origen muy específico. En el libro The Making of Star Wars: Return of the Jedi de J.W. Rinzler, se revela un detalle curioso. Lucas se basó en el expresidente de Estados Unidos, Richard Nixon, para crear a su tramposo, mentiroso y ambiguo personaje. 

Posteriormente, en una entrevista de 2005 con el Chicago Tribune, el director y guionista explicó que Star Wars, era una respuesta filosófica a la guerra de Vietnam. Pero, en especial, a la candidatura de Nixon para un segundo mandato presidencial. En palabras de George Lucas, Palpatine era su manera de demostrar lo fácil que es caer en un líder pernicioso, capaz de sepultar la verdad y la democracia con sus argucias.