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Los smartphones son cada vez más potentes, pero como usuarios estamos bastante limitados a la hora de hacer configuraciones del dispositivo que se salgan de lo «normal». Precisamente por eso, se ha discutido mucho si se puede hacer overclocking en un dispositivo Android.
Vamos a ver en qué consiste esta técnica y si es posible ponerla en práctica con un teléfono móvil en lugar de con un ordenador.
En el mundo de la informática, el overclocking es una técnica que consiste en aumentar la frecuencia de funcionamiento de un procesador (CPU) o de la unidad de procesamiento gráfico (GPU) más allá de las especificaciones establecidas por el fabricante.
Lo que se hace es forzar el chip a trabajar a una velocidad mayor de la predeterminada para obtener de él un rendimiento superior.
Esto es posible porque cada chip está diseñado para funcionar a unos determinados gigahercios (GHz), pero es posible aumentar esa capacidad a través del overclocking.
La finalidad por la que se lleva a cabo depende de las necesidades y los gustos de cada usuario, pero lo más común es para lograr:
Sí, pero con matices. Debes tener en cuenta que, en el caso de los ordenadores personales, el overclocking es una técnica soportada por muchos procesadores y placas madre. Sin embargo, en el universo Android esto no es tan común y los fabricante no ofrecen soporte oficial.
Para hacer overclocking tienes que modificar el sistema operativo, y eso conlleva una serie de riesgos de los que el fabricante de tu móvil no se va a hacer cargo, aunque el aparato todavía esté en garantía.
En ningún caso te recomendamos probar esta técnica si no tienes unos conocimientos esenciales de informática. Si crees que sí estás capacitado para intentar darle más potencia a tu móvil, esto es lo que te hace falta:
El primer paso es obtener el acceso root o, lo que es mismo, convertirte en superusuario del sistema. Una vez que asumes este rol, puedes hacer en el móvil cambios profundos en el software que no pueden hacer los usuarios comunes.
El kernel es un puente entre el hardware y el software. En este caso hace falta un kernel modificado que incluya soporte para overclocking y que te permita ajustar la frecuenta tanto de la CPU como de la GPU.
Hay apps especializadas como Kernel Adiutor o CPU Tweaker que permiten modificar la velocidad del procesador, estableciendo límites mínimos y máximos. Con ellas es posible incluso crear perfiles según el uso que se le va a dar al móvil.
Para evitar que el teléfono sufra problemas, es fundamental controlar su temperatura. Apps especializadas como CPU-Z o 3C Toolbox te pueden resultar de utilidad.
Quienes se animan a probar suerte con esta técnica pueden obtener una serie de beneficios que son apreciables desde el primer momento:
Aunque las ventajas que puedes obtener son importantes, los riesgos y los inconvenientes las superan con mucho.
Si haces overclocking sin tener los conocimientos necesarios, te expones a:
Si aumentas la potencia del procesador también aumentas la generación de calor, y la capacidad de los smartphones para refrigerarse es mucho menor que la de los ordenadores.
Un calor excesivo de tu teléfono puede provocar:
Si el procesador se ve obligado a trabajar de forma constante por encima de sus especificaciones, se va a desgastar antes. Como consecuencia, el móvil te durará menos de lo que esperas.
Si llevas el overclocking demasiado lejos, el sistema acaba por volverse inestable y es normal que se produzcan reinicios inesperados, congelamientos y hasta corrupción del sistema operativo.
En dispositivos que todavía están bajo la garantía del fabricante, hacer overclocking implica la pérdida automática de la misma. Es más, solo con hacer root ya pierdes la garantía y quedas sin respaldo ante fallos técnicos.
Con la CPU trabajando a mayor frecuencia de la debida, el aparato consume mucha más energía y vas a notar un descenso notable de la autonomía del teléfono.
Se puede hacer overclocking en Android, otra cosa es que merezca la pena. Para un usuario promedio, los riesgos superan ampliamente a los beneficios. Si tu móvil es relativamente nuevo, está más que preparado para darte un buen rendimiento frente al uso cotidiano.
En el caso de usuarios avanzados que tienen conocimientos de software, el overclocking puede ser una forma de sacarle algo más de partido a un dispositivo que ya es viejo.
Si quieres mejorar el rendimiento de tu móvil sin necesidad de hacer root u overclocking, prueba con esto:
Sí, se puede hacer overclocking en un dispositivo Android, pero puede meterte en más problemas de los que es capaz de arreglar, así que mejor no tentar a la suerte.