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¿Quieres una forma clara y potente de gestionar subtítulos desde tu Android sin complicarte? Hoy en día, el vídeo manda en redes y plataformas, y añadir subtítulos ya no es un extra: es parte de la experiencia. Tanto si creas contenido para tus seguidores como si solo buscas que tus clips sean más accesibles, trabajar los subtítulos en el móvil puede ser rápido y agradable si eliges la herramienta adecuada.
Entre las apps que más destacan está VidSub, que reúne en un solo lugar edición, exportación y personalización de subtítulos con un enfoque práctico. Esta guía te explica qué es, cómo funciona y cuándo conviene usarla, además de enseñarte alternativas útiles y recursos relacionados para que elijas lo que mejor encaja con tu flujo de trabajo.
VidSub es una aplicación centrada en crear, editar y organizar subtítulos para tus vídeos directamente desde Android. A diferencia de opciones más rígidas o con demasiada curva de aprendizaje, aquí tienes un editor intuitivo que genera archivos SRT y también te permite incrustar los subtítulos como pista seleccionable o quemarlos sobre el vídeo para que se vean siempre.
Su mayor baza es la versatilidad: funciona con formatos de vídeo populares, admite MKV y gestiona distintos contenedores de subtítulos. Así se convierte en una compañera ideal tanto para creadores como para quien solo quiere arreglar o añadir subtítulos a un vídeo familiar sin tocar el ordenador.
Además, el diseño está pensado para ir al grano: una interfaz enfocada e intuitiva que te hace trabajar más rápido. Si la app te resulta útil, siempre puedes valorarla para apoyar su desarrollo.
Instala VidSub desde Google Play y abre la app para conceder acceso a la galería o al almacenamiento del dispositivo. Así podrá localizar tus archivos de vídeo y guardar los subtítulos que generes.
La app te da herramientas de nivel pro para que tus subtítulos se vean claros y bonitos sin perder legibilidad. Puedes cambiar color, aplicar negrita, cursiva o subrayado, modificar el contorno y su grosor, añadir sombras y un fondo para contrastar en escenas luminosas o caóticas.
Si necesitas trabajar con otros formatos, puedes extraer subtítulos de un vídeo, convertir entre SRT, VTT y ASS, y además eliminar o añadir varias pistas en el mismo archivo.
VN es un editor muy completo que te deja añadir subtítulos y colocarlos al milímetro. Su versión gratuita no pone marca de agua y trabaja por capas, por lo que puedes construir composiciones detalladas. Dispone de función de subtítulos automáticos tipo AutoCaptions: escoges el idioma, generas y luego pulís el texto y su estilo. Ojo con dispositivos Android más modestos, porque pueden notar tirones, y la curva de aprendizaje puede ser mayor si empiezas desde cero. Para comparar opciones, consulta las mejores apps para agregar subtítulos automáticos.
En Canva puedes incorporar texto y sincronizarlo manualmente con tus clips; es ideal si buscas plantillas y personalización visual. Aunque permite cambiar color, tamaño, animaciones y posición con facilidad, la versión gratuita no genera subtítulos automáticos, así que tocará escribirlos tú mismo.
Clipchamp es un editor online con generación automática de subtítulos por reconocimiento de voz, muy cómodo para usuarios principiantes y especialmente práctico en Windows. Importas, transcribes, ajustas el idioma y personalizas el estilo desde el navegador. Ten en cuenta que las exportaciones por encima de 1080p son de pago y no hay app móvil dedicada, por lo que el uso es más cómodo en ordenador o navegador móvil.
Si solo necesitas subtítulos dentro de la propia red, ambas plataformas crean subtítulos automáticos con un par de toques y permiten editar el texto y algunos estilos. En TikTok, incluso puedes cambiar color y tipografía. La personalización sigue siendo limitada y no vas a poder exportarlos para usarlos fuera de la app.
La idea es que el subtítulo ayude y no moleste. Escoge un tamaño legible que no tape la imagen y evita extremos demasiado pequeños o desproporcionados.
Más allá de la accesibilidad para personas con problemas de audición, los subtítulos hacen que tu contenido se entienda sin sonido, algo habitual si se ve en entornos públicos o de trabajo, y suelen incrementar el tiempo de visionado y la interacción.
El estándar más extendido es SRT, perfecto por su compatibilidad y sencillez. Muchas herramientas también exportan a VTT o ASS, así que puedes adaptarte a lo que pida la plataforma de destino.
Si te diriges principalmente a público hispanohablante, empieza por subtítulos en castellano y considera versiones en otros idiomas para ampliar alcance. Plataformas como YouTube permiten subir varios archivos de subtítulos por vídeo y que el usuario elija el idioma que prefiera; también puedes generar distintas versiones del vídeo si prefieres tenerlos separados.
En YouTube, el proceso es directo: entra en la configuración del vídeo, ve a Subtítulos y sube tu archivo SRT. Desde ahí podrás establecer el idioma y ajustar el estilo visual que verán los espectadores.
La plataforma permite ajustar varios aspectos del aspecto de los subtítulos desde sus menús. En muchos televisores, consolas y reproductores como VLC para Android también puedes cambiar idioma, tamaño y estilo de manera global según tus preferencias.
Además, en la mayoría de vídeos con subtítulos disponibles, YouTube ofrece la transcripción completa para consultarla y te deja saltar a un punto del vídeo tocando una línea de texto concreta.
Los subtítulos aparecen cuando el propietario los proporciona o cuando YouTube los crea de forma automática. Puedes modificar tu configuración predeterminada tanto en ordenador como en dispositivos móviles para decidir si se muestran siempre o no.
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Además del editor, VidSub incorpora un reproductor útil para revisar el resultado sin salir de la app. Controla la velocidad de reproducción, elige la pista de subtítulos, captura fotogramas y cambia entre calidades o pistas de audio cuando el archivo lo permita.
Para rematar el flujo, el gestor de fuentes facilita descargar tipografías de Google Fonts e importarlas para quemar subtítulos con tu estilo preferido en el vídeo final.
Si necesitas que el texto sea visible siempre, la opción de quemado o hardcode lo pega al vídeo. En este proceso es posible controlar tanto la calidad del resultado como la velocidad de procesamiento, así podrás priorizar rapidez o fidelidad según te convenga.
Antes de publicar en YouTube, TikTok, Facebook o Instagram Reels, aprovecha la herramienta de quemado para estampar tu firma o logo como marca de agua. Así refuerzas tu identidad y desincentivas descargas o reuploads sin crédito.
Es una petición habitual: generar subtítulos traducidos al vuelo para cualquier película o vídeo que se reproduzca en el móvil. A día de hoy, no hay una solución universal y perfecta que funcione de fondo en todas las apps con traducción fiable y estilo totalmente personalizable. Algunas plataformas crean subtítulos automáticos dentro de su propio entorno (como Instagram o TikTok), pero no exportan esos subtítulos fuera. En otros casos, lo práctico es preparar el vídeo con VidSub u otras herramientas y luego publicar con los subtítulos ya listos. Para opciones de traducción automática y flujo de trabajo, revisa las guías sobre traducción en tiempo real.
Si lo que buscas es accesibilidad inmediata, considera flujos mixtos: descargar o generar la transcripción con una app compatible, traducirla y quemarla o añadirla como pista. Es el método que más control ofrece sobre idioma, estilo y sincronía, y el que mejor garantiza subtítulos legibles y fiables en cualquier reproductor.
Planifica el guion o los puntos clave del vídeo: te permitirá dictar subtítulos por voz con menos correcciones y ahorrarás tiempo en edición.
Cuando ajustes tiempos, apóyate en la edición por lotes para desplazar conjuntos de líneas si detectas un offset constante. Esta función acelera muchísimo correcciones que de otro modo harías línea a línea.
Antes de exportar, prueba la visibilidad con distintos fondos y tamaños. Un contorno fino y un fondo semitransparente suelen mejorar la lectura sin tapar el contenido.
Si trabajas para varias plataformas, guarda una versión SRT y otra con subtítulos quemados. Así te adaptas a plataformas que soportan pistas y a otras que no, manteniendo consistencia.
Con una herramienta como VidSub y las alternativas mencionadas, tendrás el control del subtitulado de principio a fin: desde la creación del archivo hasta la exportación en el formato y estilo exactos que necesita tu proyecto. Comparte esta información y más usuarios sabrán sobre esta herramienta.