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Papa Francisco

Estos días se está hablando mucho sobre las decisiones del papa Francisco de tener un funeral y entierro mucho más austeros que los de sus predecesores. No será enterrado en el mismo lugar ni con la misma pompa. Además, al contrario de lo que manda la tradición, dejó escrito que no quería reposar en tres ataúdes. Le bastaba con uno elaborado de madera, con un revestimiento de zinc. Ahora bien, ¿por qué ha elegido estos materiales y no otros?

Para responder a esta pregunta, primero hay que conocer los materiales de los tres ataúdes en los que normalmente se entierra a los papas. El primero suele ser de madera de ciprés, el segundo de plomo y el tercero, ese que realmente se ve, de madera de roble.

El papa Francisco quería algo más humilde. Simplemente madera, no especificó cuál, pero con especial mención al revestimiento de zinc. Este material es indispensable para poder llevar a cabo todo el protocolo al que sí se someterá el cuerpo del Sumo Pontífice. Dejó claro que no quería un velatorio restringido a cardenales y autoridades, sino que cualquiera pudiera acercarse a darle un último adiós. Se cumplirá su voluntad y el féretro podrá visitarse en la Basílica de San Pedro desde hoy hasta el sábado, 28 de abril. Ese día tendrá lugar finalmente el funeral, que se alargará entre 4 y 6 días. Después ya llegará el entierro y podrá dar inicio el cónclave. En resumen, el cuerpo tardará muchos días en ser enterrado. Mucho más de lo habitual en cualquier persona. Por eso es tan importante el zinc del ataúd. 

Los materiales de los tres ataúdes en los que normalmente se entierra a los papas no se eligieron precisamente al azar. Cada uno de ellos tiene su función.

Por ejemplo, el cuerpo va directamente al ataúd de ciprés, porque este árbol es un símbolo de la muerte. Aquí en España es muy habitual ver dichos árboles en los cementerios precisamente por ese motivo.

A continuación se usa el plomo porque los metales ayudan a conservar el cuerpo y retardar la descomposición. Esto es muy importante en funerales que van a ser muy largos, como los de los papas. 

Finalmente, lo que todo el mundo puede ver es el ataúd de roble, ya que esta es una madera que aporta un aspecto de solemnidad. No es de las más caras, pero tampoco es precisamente barata y eso da buena imagen. Todo es lujo y simbología, contrariamente a los deseos que el papa Francisco dejó por escrito.

Todo el mandato del papa Francisco estuvo marcado por la austeridad, por lo que también ha querido que esta sea la señal de identidad de su funeral. Dejó dicho que quería que fuese la despedida de un pastor, no de un hombre poderoso. Por eso solo quiso un ataúd de madera, con revestimiento de zinc.

La madera es un material bastante barato. Unas son más caras que otras, desde luego, pero en general se puede elegir una que no sea ostentosa. Podría haberle bastado con eso, pero el zinc era esencial. Y es que este metal ayuda a conservar los cuerpos durante décadas. 

Se ha visto numerosas veces, pero un buen ejemplo de ello es el de un estudio publicado en 2019 por científicos de la Universidad de Murdoch, en Australia. Estos investigadores analizaron 408 cuerpos enterrados en dos cementerios de Parma, en Italia. En dicho país, las incineraciones son muy poco comunes. Abundan mucho más los enterramientos; pero, precisamente por eso, empieza a haber mucha falta de espacio. En algunos casos se puede llevar los restos a un osario, dejando espacio para nuevos enterramientos. Sin embargo, para eso el cuerpo debe haberse descompuesto por completo y ser ya un esqueleto.

El estudio de 2019 pretendía buscar las condiciones óptimas para una descomposición rápida. Por ejemplo, vieron que la esqueletización es mucho más rápida cuando el enterramiento se realiza en arena o grava en comparación con las tumbas cubiertas por rocas. Pero el material del ataúd también cuenta.

En dicho estudio se observó que los ataúdes revestidos con zinc mantienen el ambiente microbiológico y químico del cuerpo intacto durante décadas. Eso hace que en ese tiempo la descomposición del cuerpo sea mucho más lenta. No es útil si se busca tener un esqueleto rápido, pero sí en casos como el del papa Francisco en los que el cuerpo va a estar sin enterrar mucho tiempo.

Ya está claro que la función del segundo ataúd de plomo es exactamente la misma que la del zinc. ¿Por qué pidió entonces el papa Francisco zinc y no plomo?

Aunque no podemos hablar por él, posiblemente lo hizo justamente en busca de esa austeridad y acercamiento al pueblo en la que tanto insistió. El zinc suele ser ligeramente más caro que el plomo; pero, aun así, el plomo se suele asociar mucho más a los enterramientos de personas poderosas. La propia Isabel II, reina de Inglaterra, fue enterrada en un ataúd revestido con plomo en 2022. 

Además, el zinc es el material que se usa normalmente en soldados fallecidos que se repatrian, por ejemplo. En cuerpos repatriados en general. Dado que son viajes largos, se evita que el cuerpo se empiece a descomponer en el trayecto. Para el papa Francisco esta sería una forma de estar mucho más cerca de esa figura de pastor en vez de persona poderosa. Consecuente hasta el final.