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El científico afirma que las personas no piensan con lógica como se creía, sino haciendo comparaciones. Esta idea puede cambiar cómo entendemos el comportamiento humano.

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Quizá hayas escuchado que somos seres racionales, que tomamos decisiones con lógica y que nuestras acciones se basan en un razonamiento ordenado. Pero Geoffrey Hinton, uno de los padres de la inteligencia artificial, tiene una visión muy diferente. 

Y no es precisamente halagadora. En su opinión, lo que realmente define tu forma de pensar no es la lógica, sino la analogía. No somos una gran máquina de razonamiento; sino, como él lo describe, unas máquinas de analogías.

En un momento en el que la IA avanza a pasos agigantados y nos enfrentamos al desafío de entender cómo funcionamos para diseñar máquinas que nos imiten, Hinton lanza una advertencia que cambia el enfoque donde quizás ni siquiera nosotros entendemos cómo pensamos realmente.

Estas palabras vienen de una de las mentes que ayudaron a construir las bases de la inteligencia artificial, tal como la conocemos y coautor de algunos de los avances más relevantes en redes neuronales, ha trabajado con instituciones como la Universidad de Toronto y tecnológicas como Google. 

Durante décadas ha defendido el potencial de la IA. Sin embargo, ahora toma una postura más crítica, centrada en cómo esos avances tecnológicos están redefiniendo nuestra comprensión de lo humano. Y lo hace diciendo que la mayoría de lo que asumimos sobre nuestra forma de pensar está mal planteado.

Según Hinton, hay una idea profundamente equivocada que arrastramos desde hace siglos, y es la de que razonamos como si fuésemos máquinas lógicas. Pero no es así. Él lo explica de forma clara: usamos la lógica, sí, pero de forma muy superficial. 

Lo que verdaderamente guía tu pensamiento —y el de cualquier ser humano— es la analogía. Comparar una situación nueva con experiencias previas, establecer conexiones, reconocer patrones. Esta afirmación desmonta parte del imaginario moderno, que nos ha presentado como seres guiados por la razón. 

Para el científico computacional, esa capa lógica que atribuimos a nuestras decisiones es apenas una delgada superficie. Lo que ocurre por debajo, en el fondo del pensamiento, es una actividad mucho más asociativa, caótica y emocional de lo que solemos admitir.

Esto significa que si el pensamiento humano está basado en analogías más que en lógica, entonces debemos revisar como se enseña, cómo se analiza el comportamiento y cómo se diseñan las máquinas que quieren replicarlo. 

Esta perspectiva tiene consecuencias directas para campos como la psicología, la pedagogía, la filosofía o incluso la literatura. Por ejemplo, si tu mente no procesa como una máquina, sino como una red de relaciones, eso explica por qué a veces tomas decisiones que no tienen sentido.

O por qué puedes entender una metáfora mucho antes que una fórmula lógica. También podría cambiar la forma en que se programa IA: en lugar de replicar reglas, podríamos buscar imitar ese pensamiento flexible y contextual que tan bien se nos da a los humanos.

Hinton compara este giro en nuestra comprensión del pensamiento con lo que ocurrió hace un siglo con el psicoanálisis. En aquel momento, aceptar que una parte importante de nuestra mente funcionaba de forma inconsciente fue un punto de inflexión. 

Ahora, el cambio va incluso más allá, en el cual debemos asumir que tampoco razonamos como pensábamos. Lo que hacemos, la mayoría de las veces, es buscar conexiones entre cosas que ya conocemos, aunque ni siquiera seamos conscientes de ello.

Y esto no es una crítica destructiva, sino una descripción más honesta de cómo operamos. La inteligencia artificial no nos está superando porque piense mejor, sino porque piensa distinto. Esa diferencia es lo que debemos entender antes de que la tecnología se adelante aún más a nuestra comprensión.

Es importante mencionar que Geoffrey Hinton no está diciendo que somos irracionales ni menos inteligentes. Más bien que somos más complejos de lo que creemos. No eres una gran máquina de razonamiento, y eso no es un defecto. Es una realidad que debemos asumir si queremos entendernos mejor y construir tecnologías que estén realmente alineadas con nuestra forma de pensar.

Aceptar que el razonamiento lógico es solo una pequeña parte de la actividad mental que no te hace menos humano. Te permite mirar con más claridad qué te mueve, cómo decides y por qué la IA no solo debe parecerse a ti, sino también ayudarte a conocerte mejor. 

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Etiquetas: Inteligencia artificial