El veto de Estados Unidos a los chips de Nvidia para China ha puesto patas arriba al gigante de la IA. Ahora, su gran CEO, advierte de lo que se avecina.
Generada con IA / Computer Hoy
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Como ya bien sabrás, la última jugada de la administración Trump ha dejado a Nvidia al borde del abismo en uno de sus mercados más importantes: China. El Gobierno estadounidense ha prohibido la exportación del chip H20, diseñado especialmente para esquivar restricciones anteriores, pero que ahora también ha caído bajo el veto.
El golpe no es menor y Nvidia calcula unas pérdidas de 5.500 millones de dólares solo en el primer trimestre, y sus acciones se desplomaron en bolsa tras el anuncio.
Lo cierto es que esto es algo que viene de lejos y ya desde 2022 Washington ha ido apretando y complicando la situación con respecto a la exportación de hardware top, primero con los chips H100 y A100, y ahora con el H20, que era la tabla de salvación de Nvidia en el mercado chino. El argumento oficial es evitar que China use estos chips para superordenadores y, potencialmente, fines militares.
Pero la realidad es que el mercado chino es demasiado grande para pasarlo por alto y olvidarse de él. Jensen Huang, CEO de Nvidia, lo deja claro: Si nosotros no estamos, Huawei ocupará nuestro lugar. Es una de las mejores tecnológicas del mundo y entrará en el mercado sin dudarlo.
Y no es para menos: el mercado de chips en China podría alcanzar los 50.000 millones de dólares en dos años, una cifra comparable al valor de toda Boeing.
El veto al chip H20 es especialmente doloroso porque este modelo había sido diseñado justo para cumplir con los límites legales y seguir vendiéndose en China, aunque con menos potencia que los modelos internacionales.
Ahora, y con la puerta cerrada, China ha empezado a moverse rápido. Por un lado, está recurriendo a alternativas nacionales, como los chips de Huawei, y por otro, al mercado negro y a la reconversión de tarjetas gráficas para seguir avanzando en IA.
Solo en diciembre, una fábrica china reconvirtió 4.000 tarjetas RTX 4090 para uso en inteligencia artificial. Además, los precios de los chips de Nvidia se han duplicado en el mercado paralelo, y el país busca cada vez más reducir su dependencia de tecnología extranjera.
Pero el verdadero plan va más allá de todo esto: Huawei no solo está acelerando la producción de sus chips Ascend, sino que SMIC, el principal fabricante chino, aumenta su capacidad para producir semiconductores de 7 nanómetros, suficientes para la mayoría de aplicaciones de inteligencia artificial.
La administración Trump, por su parte, mantiene su dureza con el país asiático y no habrá licencias para vender chips avanzados a China, ni siquiera los diseñados para cumplir con las restricciones. El mensaje es claro y la Casa Blanca no piensa dar tregua en la batalla por la supremacía tecnológica.
Los analistas ya han comenzado a especular y comentan que estas restricciones pueden ser un arma de doble filo. Por un lado, frenan el acceso de China a la tecnología más puntera, pero por otro, aceleran la independencia tecnológica del gigante y pueden hacer que empresas como Nvidia pierdan su poder global a largo plazo, lo que repercute, por supuesto, a EEUU.
Nvidia ya ha perdido su mercado más potente y Huawei se hace muy fuerte, quedándose ya con el 15% del mercado chino de chips para IA y proyectando alcanzar el 30% en 2026.
Además, hay una fuga inversa de talento: ingenieros chinos en Silicon Valley regresan a su país atraídos por proyectos locales mejor financiados y con menos restricciones. Paradójicamente, estas sanciones podrían acelerar la autonomía tecnológica china, justo lo que EEUU quiere evitar.
Empresas como Nvidia o Microsoft buscan ahora puertas de emergencia en países como Singapur, India o Malasia, pero la era de la dependencia tecnológica china hacia Occidente se acaba.
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Etiquetas: NVIDIA, GPUs, Inteligencia artificial, Tarjetas graficas, Estados Unidos