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A medida que la tripa de una embarazada crece, pueden empezar a surgir algunas dudas en torno a tareas cotidianas. Por ejemplo, ¿el cinturón de seguridad en el coche sí o no? La respuesta en este caso es muy sencilla. Absolutamente sí. Es cierto que en el pasado no era obligatorio en España, pero en 2006 la Dirección General de Tráfico (DGT) cambió sus directrices y volvió a convertirlo en algo indispensable. Sin embargo, lo que no está tan claro es que los cinturones de seguridad para embarazadas, esos que se fabrican específicamente para ellas, sean una buena idea.
Suele decirse que es muy importante que estén homologados, ya que en el mercado hay muchas opciones que no lo están. Pero, incluso en ese caso, pueden ser una mala opción. Un estudio publicado en 2023 por el Club General del Automóvil Alemán concluyó que los cinturones de seguridad para embarazadas pueden llegar a ser peligrosos. En las pruebas de choque, hubo un mayor riesgo de lesiones, en comparación con aquellos casos en los que se usó un cinturón convencional.
Por eso, puede ser mejor usa un cinturón de seguridad normal, pero teniendo en cuenta algunas normas de seguridad, que recurrir a los cinturones de seguridad para embarazadas. De todos modos, cada caso es único y siempre deberán tenerse en cuenta las recomendaciones de los profesionales sanitarios. Eso no incluye a las doulas, por cierto.
La DGT obliga a usar el cinturón de seguridad en cualquier caso. Sin embargo, a veces, el ginecólogo puede desaconsejar su utilización. Por eso, si ese es el caso, la embarazada debe abstenerse de conducir, pues la cercanía del volante a la tripa aumenta mucho más el riesgo. Si no le queda más remedio que viajar en coche como pasajera, tendrá que tener en cuenta las recomendaciones que se le hagan de forma específica.
Supongamos ahora que ningún médico desaconseja el uso del cinturón. Aun así, debe usarse correctamente. Sabemos que estos dispositivos tienen tres puntos de anclaje, uno en un hombro y los otros a cada lado de las caderas. En el recorrido del hombro a las caderas suele pasar sobre el pecho y el vientre. Sin embargo, en las embarazadas se debe evitar la tripa. Si el cinturón presiona la zona del feto, puede ser peligroso, sobre todo si se da un frenazo. Es por eso por lo que, al menos en España, en el pasado las embarazadas no tenían que usar cinturón.
El problema es que se vio que, en caso de accidente, el riesgo de no llevar el cinturón era mayor que el riesgo de llevarlo. Además, el riesgo que supone llevarlo se podía solucionar con unos cuantos trucos sencillos. Esa es la razón por la que volvió su obligatoriedad.
Esos trucos pasan, básicamente, por evitar el vientre. El cinturón se debe ajustar de tal manera que la parte horizontal, conocida como banda abdominal, se ubique entre los muslos y la tripa. Por su parte, la banda de arriba, llamada banda pectoral, debe cruzarse entre los pechos. Siempre la barriga debe quedar en medio, sin presión.
Por otro lado, el asiento, y el volante si la embarazada es la conductora, se debe ajustar adecuadamente a medida que crece el vientre. Si llega un punto en el que es imposible seguir ajustándolo para que la barriga no toque el volante, ha llegado el momento de dejar de conducir hasta después del parto.
Básicamente, el papel de los cinturones de seguridad para embarazadas es asegurar que la sujeción se mantiene fija en los puntos citados anteriormente. Sin embargo, según ese estudio realizado por ingenieros alemanes, estos dispositivos hacen menos eficaz la sujeción de tres puntos. La envoltura de la pelvis se debilita y aumenta la carga en zonas como el pecho, el abdomen y la pelvis. Por eso, es mejor tener cuidado con uno normal. Ya está.
Algunas embarazadas, para evitar que el cinturón de seguridad presione el feto, llevaba cabo medidas que pueden ser peligrosas. Por ejemplo, se sientan sobre toallas o aflojan el cinturón. Ambas son malas opciones, tanto en embarazadas como en cualquier otra persona.
Para empezar, no se debe aflojar el cinturón, porque aumenta la distancia de frenado. El coche frena, pero nuestro cuerpo puede tardar un poco más en frenar. Si el cinturón de seguridad en embarazadas o cualquier otra persona está bien ajustado, el cuerpo frena rápidamente. En cambio, si está flojo, nuestro cuerpo recorrerá más espacio antes de frenar, de modo que se pueden producir más lesiones.
Por otro lado, al colocar toallas puede producirse algo conocido como efecto submarino, donde el cuerpo se desliza por debajo del cinturón. De nuevo, las consecuencias pueden ser muy graves.
En resumen, los cinturones de seguridad en embarazadas son obligatorios, pero no es necesario usar uno específico. De hecho, puede ser contraproducente. Mejor, asegúrate de seguir los consejos de los expertos.