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Este experto lo tiene claro y lo que nuestros hijos tienen que aprender no es a saber más que la IA, sino a saber qué hacer con ella y eso es algo que en la escuela no se aprende.

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Arcadi Mayor, experto en inteligencia artificial, ha querido dejar bastante claro y sin rodeos en un vídeo de TikTok su opinión acerca del futuro de la educación en España. Para este, la escuela sigue enseñando cosas que ya no tienen mucho sentido en un futuro donde la tecnología va a acapararlo todo. 

Lo que aprenden ahora probablemente no les sirva para el mundo que van a vivir, dice. Y no es para menos, porque la IA está cambiando todo y provocando un giro de 180 grados en todos los sectores a toda velocidad.

Su idea es clara y se centra en preguntarse por qué  memorizar datos si puedes preguntarle a una IA y que te dé la respuesta al instante. Para él, lo importante no es acumular información, sino saber qué hacer con ella, cómo interpretarla y hacerse preguntas. No se trata de competir con la IA, sino de saber manejarla, comenta.

El gran problema, según explica, es que la educación sigue centrada en memorizar y obedecer, en lugar de enseñar a pensar, a resolver problemas y a trabajar en equipo. Si no sabes formular bien las preguntas o entender las respuestas, tener toda la información del mundo no sirve de nada, dice. Y eso es justo lo que debería cambiar.

Por supuesto, también deja un hueco especial al futuro de muchos trabajos tras la llegada de la IA y advierte que no solo los trabajos de oficina corren peligro, sino que los oficios manuales están en el punto de mira de los robots. Ya hay máquinas que pueden hacer trabajos físicos con una precisión que asusta, comenta. Así que, parece que preparar a los niños para profesiones que quizá desaparezcan pronto es perder el tiempo.

Precisamente, siguiendo el hilo de lo que Arcadi comenta, ya hay países como Estonia que están tratando de remar a favor de la IA y que los niños aprendan a usarla de forma correcta desde pequeños. 

En concreto, su idea es integrar ChatGPT y otras herramientas de inteligencia artificial directamente en sus escuelas. Neerav Kingsland, de Anthropic, comenta al respecto que Estonia está creando un modelo que probablemente seguirán otros países. Y no es para menos, ya que, como se ha comentado en otras ocasiones, la IA promete personalizar el aprendizaje y preparar a los jóvenes para trabajos que ni siquiera existen aún.

Pero aquí viene el pero. Los profesores no están tan contentos. Según varias encuestas, la mayoría reconoce que no entiende bien cómo funciona ChatGPT y teme que la educación se arruine por completo. Algunos ya incluso consideran que se está más cerca de una crisis de lo que pensamos. 

Lo cierto es que la llegada de esta tecnología está generando no solo un gran debate, también graves problemas para los universitarios o recién graduados. De forma simple, muchos jóvenes, que antes veían la universidad como un trampolín para cumplir sus sueños, ahora la ven como una auténtica pérdida de tiempo y todo por culpa de la IA.

Quedarme obsoleto me aterraba, comenta uno de los estudiantes, que rechazó un máster por miedo a que su esfuerzo no valiera nada en un mercado en el que la IA parece ya la reina y los despidos se esperan en masa. “Me pasé la vida escribiendo historias y soñando con publicar un bestseller, pero ver cómo la IA genera novelas a ritmo industrial me hizo dudar de todo”, comenta otra estudiante.

El motivo es casi siempre el mismo, el de la sensación de que la IA está ocupando el espacio que antes era exclusivo del talento humano. Las noticias que hablan de esa sustitución, la publicación de miles de libros escritos por IA e incluso esa presión de adaptarte o morir, ha provocado que tiren definitivamente la toalla.

Según académicos, lo cierto es que la IA no está reemplazando a la mayoría de los trabajadores, pero sí está empeorando sus condiciones. Muchas empresas usan la excusa de la automatización para recortar empleos, bajar salarios o convertir puestos fijos en trabajos precarios.

Y aunque los grandes directivos prometen saltos de productividad, los estudios más serios, como los del Nobel Daron Acemoglu, hablan de mejoras mínimas y de un aumento de la desigualdad entre capital y trabajo. Tienen bastante claro que los grandes ganadores de todo esto son las empresas. Mientras, los trabajadores ven cómo sus tareas cambian o incluso desaparecen, se vigilan más y se pagan peor. 

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Etiquetas: Educación, Inteligencia artificial, Trabajo, Software