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Samsung presume mucho de su catálogo de smartphones de gama alta, pero la compañía surcoreana también tiene una serie que, incluso, puede resultar más interesante para muchos usuarios. Se trata de la gama Galaxy A, que este año se ha actualizado con el Galaxy A36 y el Galaxy A56, su modelo más top dentro de esta familia que, como cualquier otro gama media, tiene sus muchas bondades, pero también algún que otro pero. 

Respecto a su antecesor, el Galaxy A55, el nuevo Galaxy A56, mejora en algunos aspectos. Es un móvil con una pantalla algo más grande, y con un diseño bastante actualizado: ahora es más delgado y la parte posterior tiene un nuevo aspecto. También mejora en rendimiento, gracias a un nuevo chip Exynos.

Curiosamente, Samsung ha mantenido algunas prestaciones del Galaxy A55 en este A56; la cámara es una de ellas, manteniendo la misma resolución y configuración. La batería también es la misma —a excepción de la velocidad de carga— y cuenta con esos pequeños extras que ya veíamos en el modelo del año pasado, como la resistencia al agua o la carga inalámbrica. 

Debemos tener en cuenta que el Galaxy A56 sale a la venta por unos 480 euros, que es un precio bastante bueno teniendo en cuenta sus prestaciones. Ahora bien, el Galaxy A55 sigue a la venta por 380 euros, lo que inevitablemente hace preguntarnos. ¿Realmente merecen la pena los cambios y pagar 100 euros más por este nuevo modelo?

He pasado 15 días para resolver mi pregunta. Y después de este tiempo, además, me he dado cuenta por qué este móvil se vende tanto.

Curiosamente, dos de las múltiples mejores cosas del Galaxy A56, son novedades que Samsung ha añadido en esta nueva versión, empezando por su diseño. 

Lo cierto es que el Galaxy A56 mantiene la misma esencia de los anteriores modelos de la familia: trasera completamente plana, marcos de aluminio también planos y con ese relieve en la zona de los botones de encendido y volumen, y un frontal sin apenas marcos con una pantalla similar a las de un móvil de gama alta de la que hablaré más adelante. 

Samsung, eso sí, ha actualizado ligeramente el diseño para darle una estética algo más, digamos, moderna. Lo que más llama la atención de la parte posterior es el módulo fotográfico, que ahora sobresale del borde en una especie de pieza única que parece que está flotando.

He de reconocer que al principio rechazaba este nuevo diseño, parece que el módulo, en cualquier momento, va a salir disparado de la parte posterior. Después de varias semanas, me he acostumbrado, incluso lo veo bonito teniendo en cuenta la calidad de los materiales y su buena construcción. 

De hecho, la construcción del Galaxy A56 es una de las cosas que más me ha gustado de este móvil. No solo se ve como un smartphone de 1.000 euros, sino que se siente como tal. Los marcos, que por cierto son de 7,4 mm de grosor, cosa que se agradece, tienen un acabado y un tacto excelente, al igual que la trasera. Y su pantalla, reitero, está más que a la altura. 

La pantalla del Galaxy A56 es de 6,7 pulgadas. Se trata de un panel Super AMOLED con una resolución Full HD+, una tasa de refresco de 120 Hz y un brillo de 1.900 nits. Y es, como adelantaba, excelente en todos sus aspectos. Ofrece una nitidez fantástica, unos colores muy vivos gracias a la tecnología del panel y un brillo que es una maravilla. Todo ello, además, con una respuesta táctil sobresaliente y una tasa de refresco que no hace más que elevar la experiencia de uso. 

Esta pantalla se complementa a la perfección con los altavoces estéreo que incluye este Galaxy A56 y que ofrecen una calidad inigualable; es de esos móviles con los que disfrutas viendo un vídeo en YouTube o jugando a un juego, y con los que puedes reproducir música a todo volumen sin miedo a que el sonido se distorsione o cree ese efecto enlatado común en los móviles. 

El Galaxy A56 también tiene puntos que no sobresalen, pero que sí cumplen en cuanto a su precio. Y uno es su batería. El terminal de Samsung tiene los mismos 5.000 mAh que el modelo del año pasado, y rinden bastante bien. Es una muy buena batería, de esas con la que llegas al final del día con más de un 20 % sin ningún problema. Por cierto, la carga rápida se ha mejorado; ahora es de 45W, aunque, por supuesto, no se incluye el cargador en la caja. 

Otro punto bueno del Galaxy A56 es su software. El smartphone llega de serie con One UI 7, la nueva capa de personalización de la compañía. Es una interfaz bonita, muy intuitiva y con funciones justas y necesarias para tener una muy buena experiencia. 

El sensor principal del Galaxy A56 también hace un muy buen trabajo. Es una cámara de 50 megapixeles con una apertura f/1.8 que ofrece unos resultados excelentes en condiciones de buena luz, con un muy buen detalle y una muy buena interpretación de los colores. En escenas de baja luz la cámara también rinde muy bien.

Si bien la cámara principal hace un muy buen trabajo, el resto de sensores del Galaxy A56 se quedan algo detrás de sus competidores. La cámara ultra gran angular de 12 megapíxeles consigue resultados suficientes a plena luz del día, pero su apertura focal (f/2.2) es algo alta para algunas situaciones, como en aquellas donde hay sombras o muy poca luz. Esto hace que, inevitablemente, veamos ruido y distorsión en la imagen.

Además de la cámara ultra gran angular, el Galaxy A56 cuenta con un sensor macro de 5 megapíxeles de resolución cuyos resultados son algo pobres en cuanto a nitidez y colores. De hecho, hubiese preferido un teleobjetivo, pues algunos móviles con este rango de precio, como el Oppo Reno 12 Pro, lo incorporan.

Con el rendimiento sucede algo similar a la cámara ultra gran angular: no es realmente malo, pero se queda por detrás de sus competidores. El Exynos 1580 ofrece un rendimiento notable para tareas cotidianas, pero se queda algo por debajo en procesos más exigentes, como juegos con altos gráficos, edición de imágenes, etc.

El Samsung Galaxy A56 es un dispositivo perfecto para aquellos que buscan un móvil bonito y elegante, y con buena pantalla, y no quieren gastarse más de 600 euros. Es, además, un móvil perfecto para consumir contenido multimedia, pues tiene un volumen excelente, a la altura de los teléfonos de gama alta. Todo ello, con una interfaz limpia, cuidada y con muchas opciones.

En autonomía, el Galaxy A56 también sobresale, y su cámara principal, reitero, hace un muy buen trabajo. Eso sí, hay móviles que tal vez no tienen un aspecto tan llamativo o tan cuidado, pero sí cuentan con un apartado fotográfico más versátil por un precio similar —véase el Xiaomi 14T, por solo 20 euros más—, por lo que es importante tener en cuenta esto si priorizas la cámara.

Por otro lado, es relevante mencionar que su antecesor, el Galaxy A55, cuenta con especificaciones muy similares y un precio algo más reducido. Por tanto, también es una opción que debes tener en cuenta si prefieres ahorrarte algo más de dinero, y no te importa mucho tener un mejor diseño.