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Durante mucho tiempo ha existido la creencia de que comer queso por la noche puede causar pesadillas. Muchas personas lo sostenían, pero los científicos no conseguían encontrar una explicación. Se habían llevado algunos estudios, pero no encontraron una causa, más allá de cierta correlación entre ambos factores. Ahora, sin embargo, un equipo de investigadores de tres universidades canadienses ha dado con la que parece ser la clave.
Según ellos, sí que hay cierta relación entre comer queso y tener pesadillas, pero solo en personas con intolerancia a la lactosa. La cuestión es que no todo el mundo sabe que tiene esta intolerancia, de ahí que hasta ahora no se hubiesen podido relacionar las dos cuestiones. Además, es innegable que hay cierta sugestión. Si crees que al comer queso tendrás pesadillas, es bastante probable que las acabes teniendo.
Sea como sea, los autores de este estudio concluyen que lo mejor para evitar las pesadillas en la medida de lo posible es comer de una forma saludable. No se trata solo del queso para los intolerantes. Las comidas copiosas o ricas en grasas o azúcares parecen tener también cierta relación con una mala calidad del sueño. Dormir mal suele desembocar en pesadillas, por lo que todo está hilado. Ahora bien, ¿cómo han llegado a esta conclusión?
Para llevar a cabo este estudio, sus autores entrevistaron a más de 1.000 estudiantes, todos ellos procedentes de la Universidad MacEwan. En dicha encuesta se les preguntó principalmente sobre sus hábitos alimenticios y de sueño, prestando especial atención a posibles vínculos entre ambas cuestiones.
Aproximadamente un tercio de los participantes refirieron tener pesadillas regularmente. Las mujeres fueron las que tenían más facilidad para recordar los sueños al día siguiente, incluyendo las pesadillas.
El 40 % de los encuestados opinaban que había una relación entre tener pesadillas y comer a altas horas de la noche o alimentos específicos. Un 25 % solo encontraban relación con alimentos específicos. De la lista de alimentos que solían citar, los más habituales eran los dulces, el picante y los lácteos, especialmente el queso.
Todo esto indica que los voluntarios partían ya de cierta sugestión. De la idea preconcebida de que hay alimentos que pueden propiciar el mal sueño y las pesadillas.
Se sabe que las molestias digestivas pueden causar pesadillas. De hecho, es cierto que el picante puede dificultar el sueño, pero justamente porque hay muchas personas que tienen problemas para digerirlo.
Ante esta premisa, los autores del estudio quisieron saber cuántos voluntarios habían sido diagnosticados con una intolerancia a la lactosa. Vieron que eran ellos los que más probabilidad tenían de tener pesadillas al comer queso. Ya, no deberían comerlo, pero algunos lo hacían. Por lo tanto, posiblemente la culpa no es del alimento en sí, sino de los problemas para digerirlo. Es posible que haya personas que tengan cierta intolerancia a la lactosa y no sean conscientes, porque buena parte de los síntomas se producen por la noche. Los gases y el resto de síntomas estarían afectando a la calidad del sueño, llegando a producir las temidas pesadillas.
Esto explicaría por qué en otro estudio realizado hace años hubo una relación mucho mayor entre el consumo de queso y las pesadillas. En el pasado pocas personas eran conscientes de sus intolerancias alimentarias. Hoy en día es mucho más normal tener conocimientos al respecto y evitar las comidas que afectan a la buena digestión.
Más allá del tema de las intolerancias, estos científicos han comprobado que las personas que comen peor suelen tener peor calidad del sueño. Sin embargo, no saben exactamente dónde empieza la relación. ¿Duermen mal porque no comen adecuadamente o el hecho de descansar poco les lleva a comer de una forma poco saludable?
Eso será lo siguiente que investigarán. Además, esperan poder repetir el estudio con una muestra más amplia de participantes, de distintas edades y niveles educativos. Puede que así encuentren más información interesante.
Hasta entonces, es cierto que si no eres intolerante a la lactosa no tienes que evitar el queso, pero sí las comidas copiosas y poco saludables. Y seamos honestos, normalmente el queso de la noche suele ir acompañando a ese tipo de comidas.