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José Alberto Lizana

José Alberto Lizana

Hoy nos despedimos definitivamente de Skype. Una aplicación mítica que se lanzó hace ya 21 años y que fue esencial en los inicios de las videollamadas a principios de este siglo. Supuso una nueva forma de comunicarse con familiares, amigos y colegas a distancia, a través del ordenador o el móvil, viéndose cara a cara sin necesidad de pagar nada.

En el contexto en el que surgió, Skype fue una auténtica revolución. Permitía conectar a personas separadas por miles de kilómetros, sin costes adicionales, y con una calidad bastante aceptable para la época.

Su popularidad fue tal que el propio nombre de la app se convirtió en un verbo: ¿hacemos un Skype? se decía como sinónimo de hacer una videollamada.

Todo apuntaba a que Skype dominaría el mercado. Fue una de las primeras aplicaciones de consumo masivo en ofrecer llamadas a través de internet, tenía una identidad visual reconocible y una adopción masiva. Pero con el paso del tiempo, nuevas alternativas como Google Meet, Zoom o Discord fueron ganando terreno, relegando poco a poco a Skype a un segundo plano.

En 2011, Microsoft compró Skype por 8.500 millones de dólares, con la intención de sustituir a su icónico Messenger. La integración en Windows 10 y el respaldo de una empresa como Microsoft parecían garantizar su continuidad. Sin embargo, su mayor rival terminó naciendo dentro de casa: Microsoft Teams.

Teams, inicialmente concebido como la evolución de Skype for Business, fue ganando protagonismo tanto en el entorno corporativo como personal, hasta el punto de solaparse con Skype. La pandemia aceleró el uso de herramientas de videollamadas como Zoom, y Discord captó a los usuarios más jóvenes y gamers. Skype quedó en tierra de nadie.

Hoy se cierra oficialmente su ciclo. Tras un proceso de migración a Microsoft Teams, Skype dejará de contar con soporte. Aunque sigue instalada en muchos equipos por si acaso, ya forma parte del pasado digital.

Sin embargo, aún hay funciones que algunos echarán en falta. Especialmente, las llamadas internacionales económicas gracias al sistema de créditos de Skype. Algunos usuarios han expresado su frustración en redes como X, al perder una de las opciones más accesibles para comunicarse con personas en el extranjero sin dejarse una fortuna.

Esto incluso ha derivado en ideas de negocio: crear una plataforma sencilla que ofrezca llamadas internacionales a bajo coste podría cubrir ese nicho abandonado y convertirse en una fuente de ingresos interesante:

El legado de Skype es incuestionable. Fue pionera, revolucionó la forma de comunicarnos y dejó una huella imborrable en la historia de internet. Pero como hemos aprendido con el paso del tiempo, ni siquiera el liderazgo o la popularidad garantizan la supervivencia. Adaptarse a las necesidades del usuario es la clave. Skype no lo hizo a tiempo, y hoy decimos adiós.

Imágenes | Mati Flo Eyestetix Studio

En Genbeta | Yo fui nómada digital cuando nadie lo era: el teletrabajo era muy divertido, estresante (por la tecnología) y nadie entendía qué hacía

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