El sistema militar Leonidas revoluciona la defensa: usa semiconductores de nitruro de galio para emitir pulsos electromagnéticos que derriban varios drones a la vez.
Epirus
Telegram
Copiar url
Enlace copiado
Los drones militares ya no son solo grandes aeronaves no tripuladas de vigilancia, sino que hoy son modelos pequeños, baratos y fáciles de producir, por lo mismo representan la mayor amenaza de cualquier ejército, sobre todo cuando son enjambres capaces de saturar defensas en segundos.
En este escenario, Estados Unidos ha mostrado un arma que cambia las reglas del juego. Su nombre es Leonidas y en su última demostración fue capaz de derribar 49 drones a la vez con un único pulso electromagnético.
La prueba se llevó a cabo en Indiana y estuvo dirigido por Epirus, una empresa especializada en sistemas de energía dirigida, donde los resultados impresionaron a más de uno, ya que 61 drones fueron neutralizados de 61 posibles, con una tasa de éxito perfecta.
El momento más llamativo llegó cuando un enjambre entero se apagó de golpe tras recibir la descarga de microondas. No cabe duda de que esta situación es un hito tecnológico que no solo demuestra potencia bruta, sino también precisión.
Cabe señalar que el software de Leonidas es capaz de distinguir entre objetivos enemigos y o aeronaves de prueba, lo que le permite seleccionar blancos concretos, así como dejar intactos los que se consideran propios.
En un tiempo donde los drones se han convertido en protagonistas de la guerra, las armas de microondas aparecen como la nueva barrera de defensa. Lo que antes parecía imposible, ahora se materializa en forma de sistemas móviles listos para integrarse en vehículos militares.
Leonidas
El sistema Leonidas utiliza radiación de microondas dirigida para destruir la electrónica interna de los drones. A diferencia de otros sistemas, no recurre a los clásicos tubos magnetrón, sino a semiconductores de nitruro de galio.
Esta tecnología le otorga varias ventajas, como tamaño más reducido, mayor eficiencia energética y mejor capacidad para ajustar la forma de onda a cada escenario.
Eso significa que no se trata de un arma que simplemente lanza energía a discreción, sino que Leonidas puede configurar su pulso según la amenaza, adaptándose a drones individuales o a enjambres completos.
Además, su diseño modular permite montarlo en distintos vehículos, lo que le otorga movilidad táctica. No es un cañón fijo, sino una herramienta flexible que puede acompañar a tropas en movimiento o proteger infraestructuras críticas.
El nombre tampoco es casual, hace referencia al rey espartano que resistió en las Termópilas frente a un ejército muy superior. La metáfora es evidente, frente a los enjambres de drones, Leonidas se presenta como el muro de contención.
Es importante destacar que el ejército estadounidense no ha tardado en apostar por esta tecnología. Ya ha comprometido 66 millones de dólares en contratos para seguir perfeccionando el sistema y, según Epirus, la próxima versión tendrá el doble de alcance y eficacia respecto al modelo de 2022, lo que lo convierte en una pieza clave en la estrategia militar de los próximos años.
Leonidas también puede usarse con fines ofensivos, su capacidad para desactivar sistemas electrónicos abre la puerta al sabotaje en operaciones militares. Neutralizar comunicaciones, bloquear radares o inutilizar equipos sin necesidad de fuego directo es una ventaja en la guerra.
Los drones han transformado la forma de luchar, ya que son baratos, fáciles de producir y se despliegan en masa. Países como Rusia o Ucrania ya los usan de manera constante en el conflicto, mientras que potencias tecnológicas como China los producen a un ritmo vertiginoso.
En este contexto, Leonidas se convierte en una respuesta casi obligada, donde su versatilidad es uno de sus puntos fuertes. Puede anular de golpe un enjambre completo o actuar de manera quirúrgica contra un solo objetivo. Eso lo convierte en un arma estratégica para distintos escenarios: desde proteger convoyes hasta garantizar la seguridad de bases o ciudades enteras.
Además, manda un mensaje directo a los países que apuestan por el uso masivo de drones, pues el coste de lanzar ataques con enjambres podría ser inútil si existe una defensa capaz de neutralizarlos en segundos.
Hace apenas una década, hablar de armas de microondas sonaba inalcanzable. Hoy, sin embargo, estos sistemas ya están en pruebas y demuestran que funcionan. Lo que antes requería misiles antiaéreos, ahora puede resolverse con un impulso electromagnético invisible.
Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.