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¿Alguna vez te ha dado un vuelco el corazón cuando, después de instalar la última actualización de Android, tu móvil empieza a comportarse de manera extraña o aparecen errores que antes no existían? Con los constantes avances y cambios en el sistema operativo, actualizar es vital, pero también puede ser fuente de problemas si no nos preparamos correctamente. Prepara tu Android para el futuro, evita fallos en las actualizaciones.

El mundo Android evoluciona a pasos agigantados, y cada actualización promete nuevas funciones, mejor rendimiento y más seguridad. Sin embargo, prepararse bien es la clave para aprovechar todas estas ventajas sin llevarse sorpresas desagradables. Aquí tienes la guía definitiva, basada en toda la información actual y los mejores consejos del sector, para que tengas tu dispositivo listo para el futuro y evites quebraderos de cabeza tras cada nueva versión.

Actualizar el sistema operativo no solo significa acceder a novedades, sino que es una muralla contra amenazas, malware y errores críticos de seguridad. Google, junto a los fabricantes más conocidos –como Samsung, Xiaomi, OPPO, vivo, OnePlus o Huawei–, lanza constantemente actualizaciones tanto importantes como parches de seguridad, que corrigen problemas graves identificados e introducen, además, nuevas capacidades y funcionalidades.

Sin embargo, la inmediatez no siempre es tu mejor amiga. Aunque recibir el aviso de una nueva versión pueda generar emoción, lanzarse sin más a instalar puede acarrear disgustos: pérdidas de datos, apps incompatibles, errores de compatibilidad o incluso dejar el móvil inutilizable temporalmente.

La clave está en ser precavido: preparar el móvil antes de actualizar minimiza riesgos. Examinar la compatibilidad, hacer copias de seguridad, limpiar datos innecesarios y estar atentos a las experiencias de otros usuarios son los pilares de una actualización exitosa.

Existen dos grandes tipos de actualizaciones en el ecosistema Android:

No todas las marcas actualizan con la misma velocidad o constancia, ni todos los dispositivos reciben el mismo número de versiones. A modo orientativo, Samsung ofrece hasta cuatro años para sus modelos más recientes, Xiaomi suele quedarse en dos o tres, y marcas menos populares pueden dejar de dar soporte mucho antes.

Las actualizaciones son un proceso delicado. Una mala preparación puede derivar en:

Anticiparse es fundamental. La prevención te ahorra desde pequeños disgustos hasta verdaderos dolores de cabeza técnicos en el futuro.

La regla de oro antes de cualquier actualización es hacer una copia de seguridad en condiciones. Aunque los móviles actuales realizan respaldos de forma automática (especialmente si tienes activada la copia en Google Drive), asegúrate manualmente de que todo está guardado:

No confíes únicamente en los respaldos automáticos. Haz una comprobación manual antes de actualizar y, si es posible, guarda una copia externa a la nube por si acaso.

Un móvil saturado de archivos, caché y apps en desuso es un caldo de cultivo para errores durante y después de actualizar. Realiza una limpieza a fondo:

El almacenamiento libre es vital para evitar que la actualización falle o no pueda completarse por falta de espacio. Google recomienda tener al menos 5GB libres, aunque lo ideal es dejar bastante más.

Con cada salto de versión, Android sube el nivel de las APIs disponibles y elimina soporte con versiones antiguas. Esto puede provocar que apps que han quedado tiempo sin actualizarse dejen de funcionar.

En especial, controla el soporte para apps críticas (banca, salud, correo corporativo…) ya que pueden dejarte tirado en el peor momento.

Procura que el móvil esté con mínimo un 70% de batería antes de empezar. Más aún, lo ideal es realizar la actualización conectado a la corriente.

Hazlo siempre, si puedes, estando bajo una red wifi segura y estable. Las actualizaciones pueden pesar cientos de megas o incluso varios gigas. Evita que el proceso se interrumpa por caída de red o batería baja, pues esto puede dañar el sistema.

La instalación ha terminado, el móvil se reinicia y… ¿ahora qué? No te confíes. Tras una actualización es aconsejable llevar a cabo ciertos pasos para asegurarte de que todo va como la seda:

Aunque prepares todo a conciencia, hay errores típicos que pueden aparecer después de instalar una actualización, especialmente en modelos antiguos o con capas de personalización muy modificadas. Aquí tienes los problemas más comunes y sus posibles soluciones:

En este caso, puedes explorar ROMs personalizadas (como LineageOS) si tienes experiencia, pero cuidado: es un proceso avanzado y perderás la garantía. Alternativamente, mantén tus apps actualizadas y emplea un buen antivirus, sobre todo si no puedes actualizar el sistema.

Repite la comprobación de espacio tras cada limpieza. Si aún así no puedes instalar, considera “resetear” o restablecer de fábrica tras hacer una copia de seguridad completa para liberar el máximo de espacio posible.

En último caso, reinicia de fábrica y prueba de nuevo, aunque esto solo se recomienda si nada más funciona.

En los modelos Huawei y otras marcas, el proceso es muy similar e incluye la opción de descargar “el último firmware” directamente por WiFi desde el menú Recovery.

Se da sobre todo con aplicaciones antiguas o no actualizadas. Consulta Google Play para buscar nuevas versiones, contacta con el desarrollador o busca alternativas actualizadas. Si la app es crítica para tu día a día, sopesa si merece la pena “volver atrás” temporalmente (downgrade) a una versión anterior del sistema, aunque esto es cada vez más difícil y arriesgado.

Lo normal es que, tras grandes actualizaciones, el móvil consuma más batería durante unas horas o días mientras reorganiza archivos y optimiza procesos internos. Si tras unos días todo sigue igual:

Las actualizaciones no sólo traen novedades, sino también parches para vulnerabilidades críticas que los ciberdelincuentes podrían estar explotando. Ejemplo reciente: en abril de 2025, Google solucionó dos fallos de tipo “zero-day” (CVE-2024-53197 y CVE-2024-53150) que ya estaban siendo usados por hackers para atacar dispositivos Android, permitiendo el acceso remoto sin que el usuario hiciese nada.

La única defensa real frente a estas amenazas es instalar las actualizaciones tan pronto estén disponibles para tu modelo y marca. Google y los fabricantes notifican con antelación sobre los parches, pero la rapidez en la distribución depende de cada marca. Mantente alerta a las notificaciones, revisa manualmente si hay actualizaciones pendientes y no demores la instalación.

Si tu móvil deja de recibir soporte, plantéate seriamente cambiar a un modelo más nuevo o instalar una ROM personalizada, siempre con las precauciones necesarias.