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Llega a los cines Thunderbolts, la nueva película del Universo Cinematográfico de Marvel. La franquicia estrena al fin la segunda de las tres cintas que tiene programadas para este 2025. Tras la no demasiado memorable Capitán América: Brave New World, ahora le toca al nuevo equipo de la Casa de las Ideas allanar el camino y encarrilar 2025 para que Los 4 Fantásticos rematen en verano un buen año de cine antes de que llegue el desenlace de la Saga del Multiverso con Avengers: Doomsday (2026) y Avengers: Secret Wars (2027). Para ello, la compañía recupera a muchos personajes secundarios del pasado y les da el protagonismo que merecían.

Thunderbolts reúne un equipo poco convencional de antihéroes: Yelena Belova, Bucky Barnes, Red Guardian, Ghost, Taskmaster y John Walker. Después de verse atrapados en una trampa mortal urdida por Valentina Allegra de Fontaine, estos disfuncionales marginados deben embarcarse en una peligrosa misión que les obligará a enfrentarse a los recovecos más oscuros de su pasado. Para triunfar, deberán aprender a trabajar en equipo y, así, hacer frente a una amenaza nunca antes vista en el UCM.

Marvel antepone la emoción y el sentimiento sin olvidarse de buenas dosis de acción para triunfar con Thunderbolts. La película sobrepasa las expectativas desde un tono oscuro que sorprende por la profundidad que le otorga a sus personajes. Florence Pugh devora la pantalla y el debut de Sentry está perfectamente construido.

⭐⭐⭐⭐

No había ninguna duda respecto al tono de Thunderbolts. Marvel quería darles a los fans una película más oscura de lo habitual. Un filme que se alejara de los chistes tontos y abrazase ese lado más serio y trágico de la compañía. Así, podía explorar temas mucho más adultos. Dicho y hecho. A lo largo de sus casi dos horas, los espectadores no solo van a ver acción que sí deriva en muertes. También van a encontrarse con temas algo más incómodos.

Thunderbolts habla de corrupción, de dinámicas de poder. Pero, sobre todo, de salud mental. Y es ahí donde crece y sobrepasa las expectativas. Es impresionante el buen uso que hacen de todos sus protagonistas, con Bob/Sentry en el centro, para tratar la depresión, la soledad y la necesidad de enfrentarse a los traumas del pasado. Esa es la gran moraleja de la película, que sorprende mucho por mostrar bastante más alma y corazón que la mayoría de proyectos anteriores de la franquicia.

Está muy bien que Marvel se lance de lleno al entretenimiento palomitero de parque de atracciones al estilo Deadpool y Lobezno. Pero, de vez en cuando, también necesita proyectos con una carga emocional bastante más seria y mejor construida. Lo ha hecho en el pasado, sin ir más lejos, con Guardianes de la Galaxia Vol. 3. Ahora, repite desde otro enfoque con Thunderbolts, que se toma su tiempo en indagar en la psique de sus personajes para dotarles de la profundidad que precisan. Es su gran virtud y está muy bien explotada. No decepciona.

Especialmente llamativo es Sentry, que pasa a ser el eje vertebral de toda la película. Había muchas ganas de ver a este personaje en pantalla -uno de los más poderosos y complejos de los cómics- y por fortuna lo han explotado muy bien. A través de él, Marvel le pide al espectador que indague en su lado más oscuro para sobreponerse y ser mejores. Por fin, La Casa de las Ideas recupera ese espíritu aspiracional, aunque lo haga desde el punto más imprevisible posible.

Al margen de sus temas centrales, la estructura de Thunderbolts también es muy agradecida para el espectador porque recupera esa esencia de aventura propia e independiente. Hay algún que otro guiño a otros proyectos. Pero en ningún momento transmite esa sensación de que la película es solo un engranaje de algo más grande. Se sostiene por sí misma y funciona con sus propias reglas.

Para hacerlo, no hay mejor excusa que la de formar un equipo. Es una fórmula que Marvel ha usado en repetidas ocasiones. Lo hizo en Avengers, en Guardianes de la Galaxia, en Capitán América: Civil War, Eternals e incluso en The Marvels. Con Thunderbolts, aboga por encontrar personajes disfuncionales y con pasados bastante rotos para dotarles de mayor humanidad.

Para cualquier fan del UCM, va a ser muy divertido y estimulante ver las dinámicas que se traen entre Yelena, US Agent, Ghost y compañía. Gracias a esas secuencias en las que unos mercenarios perdedores que vienen de distintos puntos de la saga tienen que aprender a aguantarse, Thunderbolts no pierde fuelle. Es verdad que su primera hora puede hacerse un poquito lenta e irregular por momentos, pero no se atasca.

Hay que reconocer, en cualquier caso, que no todos los personajes están igual de bien aprovechados. Los dos que más destacan son el mencionado Sentry en uno de los debuts más sólidos de todo el UCM reciente, y Yelena. Una vez más queda claro el magnetismo innato de una actriz de la talla de Florence Pugh. Su personaje es carismática, valiente y, a la vez, muy humana. Tiene sus contradicciones y deja los momentos más dramáticos y punteros de toda la película. Con apenas 29 años no tiene ningún problema en llevar sobre sus hombros toda una superproducción de Marvel, que se dice pronto.

Lo de abrazar el tono oscuro y profundo está muy bien. El querer formar un nuevo equipo como fórmula para hacer que la película se mueva, también es estupendo. Pero una cinta de superhéroes no puede ser buena si no tiene una acción que la consolide. En Thundebrolts, el director Jake Schreier ha diseñado varias secuencias que son pura adrenalina.

Coreografías, explosiones, puñetazos, disparos… La cinta está llena de momentos que levantarán los aplausos entre los fans. No hay que ir tampoco con la expectativa de ver una acción estilo John Wick o, por llevarlo al terreno marvelita, un Shang-Chi o un Avengers. Pero está bien montada y llega en buenas dosis para aligerar el ritmo de la película. Más que suficiente para entretener. Además, como punto extra hay que señalar que se aprecia que se haya hecho de una forma tan práctica.

En resumen, Thunderbolts triunfa como una película que equilibra bien su oscuridad y dramatismo con el espíritu de cine de acción y aventura. Cuenta con grandes escenas al tratar temas serios que compagina a la perfección con secuencias explosivas de peleas, persecuciones. Unido al buen hacer de su elenco, con especial mención a Florence Pugh y al personaje de Sentry, sin necesidad de alcanzar la excelencia, el filme sí cae en el lado bueno del UCM.